Excelentísimo Sr. Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Con gran pena hemos conocido su proyectada visita a Cuba el próximo 18 de octubre. Un viaje que servirá para legitimizar, nuevamente, a un régimen que ejerce su poder ilegalmente y que de manera institucional priva a sus ciudadanos de todos los derechos civiles y humanos que España reconoce a los suyos.
No le vamos a pedir que interceda por nuestros presos políticos. Eso podría conducir a que el régimen le concediera graciosamente la libertad de algunos de ellos en un alarde publicitario de buena voluntad. Pero de nada serviría mientras las leyes que mandan a la cárcel hombres inocentes por ejercer sus derechos humanos y ciudadanos a la libertad de expresión y movimiento se mantienen vigentes.
Sólo su derogación inmediata permitirá la liberación incondicional de los sancionados y prevendrá que nuevos atropellos ocurran en el futuro. Eso es lo que el pueblo cubano necesita y exige. Derogar los decretos que legalizan la esclavitud de los cubanos. ¿Estaría usted dispuesto a discutir este punto con el régimen de La Habana?No dudamos que luego de su visita, como ha ocurrido en otros casos, se convierta usted en abanderado de la eliminación del embargo estadounidense. Sólo le recordamos que el desastre económico y social de Cuba poco tiene que ver con esta sanción impuesta por un gobierno soberano a un régimen que confiscó sin compensación las propiedades de sus ciudadanos en Cuba. Por cierto, también robó entonces la de los españoles y, no lo dude, en cualquier momento puede volver a suceder. La eliminación del embargo debe ir acompañada de la restitución al ciudadano común del derecho a comerciar con todo el mundo, dentro y fuera del país. Abogar porque Estados Unidos otorgue créditos al régimen para que pueda pagar a los ciudadanos que usted representa no es suficiente.
El prestigio de España merece una postura digna y honorable de principios éticos, mucho más importantes que las ambiciones empresariales de algún poderoso grupo. Ignorar los derechos fundamentales del pueblo cubano a ejercer su libertad económica para generar su propia riqueza es, cuando menos, hipocresía por no decir infamia.Comprendemos su negativa a recibir a la oposición. Los grandes intereses económicos del pueblo que representa le obligan a no molestar al régimen de los Castro recibiendo a quienes no comparten la ideología oficialmente impuesta por el partido único. Los mismos intereses que soñando con las posibles ganancias de un mercado virgen, han ayudado a sostener económicamente al régimen, han contribuido a prostituir nuestra juventud, han aceptado pasivamente el apartheid de nuestros nacionales y han fomentado la servidumbre laboral aceptando empleados impuestos por organismos oficiales en calidad semi-esclavos.
Nuestro pueblo, Sr. Moratinos, sigue amando a España, su Madre Patria. Pero también ama la libertad como ha demostrado el sublime plebiscito de su martirologio, como diría en 1873 el más grande de los cubanos, José Martí, ante la recién constituida República Española:
"Entiendo, al fin, que el amor de la mercancía turbe el espíritu, entiendo que la sinrazón viva en el cerebro, entiendo que el orgullo desmedido condene lo que para sí mismo realza, y busca, y adquiere; pero no entiendo que haya cieno allí donde debe haber corazón."
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--Autorizado por: Proyecto Cívico Cubano.
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