----Hace unos días conté una historia de mi abuela, Margarita Lamar, ella como dije era una persona rodeada de episodios cómicos y era una fuente de alegría ella sola, era un oasis donde todo el que se sentía apesadumbrado iba a beber de su espíritu, fué muy importante en mi vida y la disfruté todo lo que pude.
----Por allá los años 40s, ella era gente adinerada y tenía casa con empleados domésticos ( criados ) como se le decía en Cuba y en el pueblo de Remedios, Las Villas; tenía una de sus casas. Estaban las criadas en sus labores y alguien tocó a la puerta y como nadie estuvo disponible ella misma fuéa atender, se encontró con un elegante señor, de traje y corbata con maletín de ejecutivo que muy formalmente le dijo:
--Buenos días señora, mire ando buscando a un caballero que es abogado y vive en esta calle pero no recuerdo el número.
--Y..¿ cómo se llama el señor ? Preguntó mi joven abuela.
--Si.. tiene un apellido raro... es algo así como... déjeme pensar.. es algo así como ...Melaagarra...
--Mi abuela rompió en risas y le dijo: no señor, no es Me la agarra, es Galarraga y vive allá enfrente.
4 comments:
Jajaja, Ivan, esta buena esta historia ocurrida cerca del terruño de mi madre, Caibarien.
saludos.
JAJAJAJA, creo que el tal señor del maletìn, era un picaròn...
Cosas de los cubanos, no? Esto es lo que se llama, un cuento tradicional cubano.
--Mi abuela fué una gente sencilla, humana y con una alegría interna inagotable, se convirtió en el corazón de la casa y era un libro de consultas, nos hacía reir a mandíbula batiente con sus ocurrencias y anétdotas reales y muy divertidas, de vez en cuando y para " refrescar " el Blog, compartiré sus historias. Muchas gracias.
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