---Como una gigantesca ola corre de frontera a frontera la indignación por el asesinato de la niña Sandra Cantú, supuestamente a manos de Melissa Huckaby, una maestra de religión y nieta del Pastor del poblado de Tracy en California y es que los que vivimos en este país estamos hartos de crímenes similares que se incrementan a diario.
---Estamos en un momento de paranoia donde no perdemos ni un segundo de vista a nuestros hijos y si no hacemos así nuestros pequeños podrían correr la suerte de este angelito precioso que fué hallado dentro de una maleta en un campo cercano al poblado; es consternación, ira justificada por el temor nuestro , imaginamos que debe de sentir una criatura como Sandra en sus últimos momentos y la sangre nos hierve, entonces entendemos eso de la justicia por nuestras manos y de lo feliz que debe sentirse un padre ó una madre de partirle en dos el corazón si atrapamos a un depravado de estos en plena acción ó en el intento de secuestro de un menor.
---Y es que esta sinverguenza, para usar una palabra "políticamente correcta", tendrá desde este momento todas las garantías que la "Ley" establece para beneficio del criminal, garantías que jamás tuvo la pequeña asesinada y estarán observando y defendiendo el caso cuanto grupo de derechos humanos exista en este país y si por alguna razón ( que lo dudo mucho ), esta desgraciada es condenada a la pena capital, se levantaran cientos de miles a rasgarse las vestiduras ante lo que considerarán un crimen, el ajusticiamiento de una "pobre mujer indefensa y enferma de su mente".
---Día tras día vemos como se acrecienta la violencia en las calles, las escuelas, las casas en este país y cada día los hechos son más crueles, más aberrados; vivimos rodeados de centenares de pervertidos sexuales, si se revisa en la internet, solamente en los alrededores de mi casa viven más de 30 violadores y abusadores sexuales de niños y si te paras en la calle, parece un barrio "bueno", de gente alegre y muy decente; pero la realidad es que están ahí, caminando entre nosotros, la policía les ordena estar alejados de parques y escuelas; otra cosa es que esos pervertidos cumplan con las ingenuas disposiciones de las autoridades, la verdad es que se sientan al lado nuestro en los bancos de los parques viendo como tu niño juega inocentemente y si solo viras la cara, pueden cargar con ellos y YA, se ACABO y la próxima vez que tienes a tu hijo cerca es en un ataud.
--- Yo no soy activista de la violencia, la detesto; pero seguro estoy que terminaremos organizándonos en contra de lo que pueda ser letal para nuestros niños y familias, ya que si te sientas a confiar en las leyes estás muy mal, lamentablemente las leyes están hechas para defender a capa y espada al delincuente, la ley se hace para amedrentar al ciudadano decente, al que trabaja como un mulo y paga puntualmente sus taxes.
--- Y lo que no entienden quizás los que hacen tantas leyes para defender los derechos de los asesinos es que cuando te matan un hijo la pérdida es irreversible, así que definitivamente es mejor que la perdida irreversible sea la del criminal. ¿ ó nó ?.
--- Recuerdo el caso de un señor, abogado y conocedor de las leyes por cierto, que vivía en un barrio muy tranquilo, no recuerdo en que ciudad y frente a su casa se mudó alguien que empezó a decirle cosas impropias a su hijita pequeña (unos 10 años aproximadamente), la niña se lo comunicó al padre que acudió a la policía y allí le dijeron que si esto que si lo otro, que si no habían pruebas, que si bla, bla, bla y bla; a fin de cuentas se limpiaron con la denuncia y todo aparentaba que la cosa seguiría así; este hombre previendo que aquel depravado pudiese atentar contra su hija, como es muy común en estos casos, pues tomó su arma y alegremente le sonó par de plomazos en la cabeza al "enfermo mental", librando así a su niña del peligro y cumpliendo algunos años de prisión con muchísima tranquilidad en su alma; pero estamos muy mal en legislación si ese es el remedio que cura la enfermedad.
3 comments:
Nuestra sociedad se derrumba. Y lo hace principalmente porque la gente honrada, sana y responsable se deja llevar por los excesos comprensivos, empáticos, piadosos y sobre todo apáticos e inactivos. Si nuestro vecino delinque diremos que es porque vive en la pobreza, si la otra mata, es que está enferma. En nuestro permanente esfuerzo por comprender, comprender y comprender el origen del error ajeno, acabamos justificándolo y no nos hacemos cargos de las terribles consecuencias del mismo. Estamos construyendo una sociedad en la que ser un irresponsable, ineficaz, estúpido, malvado o malintencionado es un chollo de primer orden, porque te permite aprovecharte del buenismo ajeno y después, cuando la ley te echa el lazo al cuello, siempre puedes implorar piedad al resto de la comunidad en nombre de una futura redención o reinserción y la sociedad se lo traga.
Hay quien dice que para reinstaurar en cualquier grupo social la justicia, solo hay que colocar la horca en el centro de la plaza mayor. Yendo más allá de lo alegórico de éste ejemplo, lo cierto es que la única forma de la que dispone la sociedad para disuadir a la gentuza de campar a sus anchas es la cohersión. La ley establece los límites de la conducta individual en relación con el resto de la comunidad. Todos somos iguales ante la ley, y, se diga lo que se diga estamos todos en igualdad de posibilidades para cumplirla todos, ricos y pobres, incultos y licenciados universitarios, blancos y negros, sanos y enfermos. No hay una sola justificación para el delito. Cada vez que nos mostramos comprensivos con el delincuente, debilitamos la legitimidad de nuestras leyes y con ello debilitamos la civilización.
Todo delincuente, es un nihilista que arrastra tras de sí valores propios de la jungla, esto puede sonar muy fuerte, incluso excesivo, pero piensen por un momento el sistema de ideas que impulsa un delincuente es la de aquel indio que tratando de explicar su código moral a un sacerdote, le dijo a éste: “el mal es cuando mi enemigo roba a mi esposa y el bien es cuando yo le robo la suya a él” con esto quiero decir, que el delincuente no tiene la más mínima sensibilidad empática con el prójimo, no piensa en los sentimientos de éste, ni en sus necesidades, en su dignidad… el delincuente simplemente objetiviza a sus víctimas y los ve simplemente como objetos despersonalizados lo que le permite hacer con ellos lo que tenga a bien. Y mientras tanto la sociedad se muestra comprensiva, empática, paciente con quien niega todos estas valores para los demás.
Por desgracia existen seres que merecen ser reprendidos, detenidos, aislados y apartados del resto de la comunidad porque la dañan y se aprovechan de su buena fe. Estos individuos tuvieron la oportunidad en libertad de comportarse responsablemente como el resto del colectivo. No lo hicieron. Y ahora tienen que pagar.
¿Reinserción? Seamos realista, las estadísticas muestras que solo un pequeñísimo porcentaje se rehabilita y sin embargo gastamos dinero a manos llenas bajo la premisa de que tal vez algunos se aparten del mal camino y esos mismos millones son negados a las gentes que se comportan decentemente. Menuda contradicción para el sentido común.
¿Y lo de esta profesora asesina? Poco importa que esté cuerda o esté loca. Es un ser dañino que ha quitado la vida a una pobre criatura. Ha de ser apartada del resto de la humanidad hasta el día de su muerte.
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Exacto, ni más ni menos distes en el centro del clavo, tremendo comentario
de madre, a veces dejan a la gente sin opciones, esa "justicia" con tan pocas
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