Un cable de la AFP expone la opinión de algunos llamados disidentes en Cuba con relación a la visita de siete congresistas del Caucus Negro a la isla. El titular de la noticia es el siguiente: “Positiva” la visita de los congresistas, afirman disidentes.
Al leer los nombres de esa “oposición cubana”, como comienza diciendo el cable, no me sorprende. Se trata nada más y nada menos que de Oscar Espinosa Chepe, alguien que no se cansa de pedir el levantamiento del embargo y las relaciones con la dictadura que lo llevó a prisión, y que después tuvo la distinción de sacarlo tras las rejas por una llamada “licencia extrapenal”, un invento jurídico típico de sistemas totalitarios que deciden quién o no debe estar en una cárcel y, sobre todo, quién o no está enfermo para continuar en ella. Y haciendo un paréntesis, podíamos aclarar que hay muchos presos en estos momentos en graves situaciones de salud que siguen tras las rejas, como Normando Hernández, Pedro Argüelles, entre tantos otros, que su salud ha ido en detrimento con el paso de los años en la prisión.
Pero Espinosa Chepe no cesa en su titánica labor de querer normalizar relaciones entre la dictadura y Estados Unidos, ya que, según él “le quitaría argumentos al gobierno”.
¿El llamado gobierno necesita argumentos para reprimir? Bien debiera saber que no. Que sea su propósito tan igual al régimen, ya es otro punto.
La otra “disidente” que también ve “positiva” la visita de los congresistas negros a Cuba fue su esposa, Miriam Leyva, quien no se cansa de escribir sobre el tema del levantamiento del embargo y las relaciones con Cuba. Ella también considera que “es importante que se eliminen las tensiones, que sólo han servido de excusa al gobierno cubano para reprimir y justificar los problemas”. ¿Está conciente de lo que dice?
Y otro de los “disidentes” que también elogia la visita de los congresistas, de su misma raza, por cierto, es Manuel Cuesta Morúa, perteneciente a la Internacional Socialista, que pocos años atrás recorrió el mundo y estuvo varias veces en los Estados Unidos pidiendo desde aquí el levantamiento del embargo.
Conocido como un “disidente moderado”, Cuesta Morúa no teme al ridículo al decir que “fue muy positivo” porque marcó “el comienzo del deshielo en las malas relaciones” entre los dos países. En este caso parece estar hablando del famoso calentamiento global y no de la situación real de Cuba.
Y leyendo a estos conocidos “disidentes” cubanos, recuerdo que el malestar expresado porque las presidentas de Argentina y Chile no quisieron reunirse con ellos en sus respectivas visitas a Cuba, así como todos los demás que la visitaron excluyendo a la oposición interna, en un total desprecio por las libertades básicas de un pueblo.
No he escuchado todavía ese mismo malestar porque estos congresistas negros no se hayan preocupado por un opositor negro que, en Placetas, Villa Clara, realiza una huelga de hambre exigiendo derechos que tiene como cubano, ni por siquiera haber mencionado estos llamados líderes negros, el nombre de algún prisionero político de su misma raza que sufre la represión de ese régimen que apoyan tan abiertamente, teniendo en cuenta el soporte que le dieron a los cinco terroristas espías encarcelados en Estados Unidos.
Realmente no lo entiendo. Más bien sí, entiendo que es vergonzoso que se llamen opositores o disidentes quienes se ponen del lado contrario, en vez de darse cuenta que le hacen el juego a la dictadura.
Al menos que lo sientan como tal. Sería realmente patético que esa “oposición” esté comprometida con el régimen y no con la libertad de su pueblo.
Al leer los nombres de esa “oposición cubana”, como comienza diciendo el cable, no me sorprende. Se trata nada más y nada menos que de Oscar Espinosa Chepe, alguien que no se cansa de pedir el levantamiento del embargo y las relaciones con la dictadura que lo llevó a prisión, y que después tuvo la distinción de sacarlo tras las rejas por una llamada “licencia extrapenal”, un invento jurídico típico de sistemas totalitarios que deciden quién o no debe estar en una cárcel y, sobre todo, quién o no está enfermo para continuar en ella. Y haciendo un paréntesis, podíamos aclarar que hay muchos presos en estos momentos en graves situaciones de salud que siguen tras las rejas, como Normando Hernández, Pedro Argüelles, entre tantos otros, que su salud ha ido en detrimento con el paso de los años en la prisión.
Pero Espinosa Chepe no cesa en su titánica labor de querer normalizar relaciones entre la dictadura y Estados Unidos, ya que, según él “le quitaría argumentos al gobierno”.
¿El llamado gobierno necesita argumentos para reprimir? Bien debiera saber que no. Que sea su propósito tan igual al régimen, ya es otro punto.
La otra “disidente” que también ve “positiva” la visita de los congresistas negros a Cuba fue su esposa, Miriam Leyva, quien no se cansa de escribir sobre el tema del levantamiento del embargo y las relaciones con Cuba. Ella también considera que “es importante que se eliminen las tensiones, que sólo han servido de excusa al gobierno cubano para reprimir y justificar los problemas”. ¿Está conciente de lo que dice?
Y otro de los “disidentes” que también elogia la visita de los congresistas, de su misma raza, por cierto, es Manuel Cuesta Morúa, perteneciente a la Internacional Socialista, que pocos años atrás recorrió el mundo y estuvo varias veces en los Estados Unidos pidiendo desde aquí el levantamiento del embargo.
Conocido como un “disidente moderado”, Cuesta Morúa no teme al ridículo al decir que “fue muy positivo” porque marcó “el comienzo del deshielo en las malas relaciones” entre los dos países. En este caso parece estar hablando del famoso calentamiento global y no de la situación real de Cuba.
Y leyendo a estos conocidos “disidentes” cubanos, recuerdo que el malestar expresado porque las presidentas de Argentina y Chile no quisieron reunirse con ellos en sus respectivas visitas a Cuba, así como todos los demás que la visitaron excluyendo a la oposición interna, en un total desprecio por las libertades básicas de un pueblo.
No he escuchado todavía ese mismo malestar porque estos congresistas negros no se hayan preocupado por un opositor negro que, en Placetas, Villa Clara, realiza una huelga de hambre exigiendo derechos que tiene como cubano, ni por siquiera haber mencionado estos llamados líderes negros, el nombre de algún prisionero político de su misma raza que sufre la represión de ese régimen que apoyan tan abiertamente, teniendo en cuenta el soporte que le dieron a los cinco terroristas espías encarcelados en Estados Unidos.
Realmente no lo entiendo. Más bien sí, entiendo que es vergonzoso que se llamen opositores o disidentes quienes se ponen del lado contrario, en vez de darse cuenta que le hacen el juego a la dictadura.
Al menos que lo sientan como tal. Sería realmente patético que esa “oposición” esté comprometida con el régimen y no con la libertad de su pueblo.
TOMADO DE " CUBA DEMOCRACIA Y VIDA "