--NO MEZQUITAS--

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-AL LADO DE LA ZONA CERO-

March 28, 2009

-A MI AMIGO PEPIN- Por: ILIANA CURRA LUSSON-




"A MI AMIGO PEPÍN". Por Iliana Curra.
26-03-2009

Decirte adiós sería demasiado. Es muy difícil para mí reconocer que te has ido. Te sigo recordando como siempre. Como el amigo que conocí al llegar de Cuba que, junto a tu esposa, siempre hablabas con esa pasión sobre esa patria que tuviste que dejar atrás.
Como el médico que en tantas ocasiones atendió a mi hijo, incluso, aún sin tener el seguro médico vigente. Jamás olvidaré tu gesto una vez que lo llevé a tu casa, ibas a salir de paseo con tu esposa, pero esperaste mi llegada con mi hijo enfermo para atenderlo como tremendo médico que eres, pero por encima de todo, como el ser humano extraordinario que hasta los medicamentos habías separado para curarlo. Ninguna madre olvidaría algo así.
Las veces que nos encontramos en eventos relacionados con el tema cubano, siempre permanente en tus conversaciones y preocupaciones por aquellos que en Cuba carecen de la atención médica adecuada, por los presos políticos, por los opositores dignos y por esa libertad que tanto demora.
No, que va, no pudiera decirte adiós jamás. Cada vez que se me haga camino y pase por el Hospital de Hialeah, te iré a saludar y a decirte que mi hijo está de lo mejor, gracias a Dios y esa atención que siempre le has dado.
Mi querido amigo Pepín, el Doctor José Carro, el cubano que trabajó fuerte y estudió sin cesar para seguir en su carrera que tanto ama, tan fuerte como a Cuba.
Jamás te diré adiós. Las personas como tú nunca abandonan su puesto, siguen ahí, permanentemente, vigilando la salud de sus pacientes, el dolor de sus hermanos en Cuba, y manteniendo la amistad con todos aquellos que a tu alrededor le brindas afecto.
Es por eso que no me despido. No quiero. Me resisto a pensar que te has ido antes de que Cuba fuera libre. Me aferro a creer que te tomaste un tiempo para irte por ahí, no sé, a alguna parte. Ni siquiera a descansar, porque no eras de ésos. Así que pronto nos veremos en esa Cuba libre por la que tanto has luchado desde tu prominente lugar.
Y allá, en Cuba libre, nos daremos nuevamente un abrazo, como siempre hemos hecho desde que nos conocimos. Porque verás el final de esta lucha y, luego entonces, partirás a ese Cielo que te espera. Será en ese momento que te diga adiós. Ahora no, perdóname. Ahora no puedo.

March 26, 2009

-CUANDO UN AMIGO SE VA-


Se ha marchado para siempre un gran amigo y compañero solidario en nuestras vicisitudes naturales del exilio, dice adios un patriota excepcional, un gran cubano dedicado a tres cosas fundamentales y principales para él: Su familia; su carrera y su Patria. Ha entrado al cielo por la puerta grande el Doctor José Carro, eminente inmunólogo y alergista pediatrico que llegara a estas tierras extrañas y difíciles en la Operación Pedro Pan. Al Doctor Carro lo conocí allá en los albores del año 1996 en su casa de Westchester aquí en Miami, casa que junto a su esposa Layda Carro y sus hijos era un santuario donde se adoraba la libertad de Cuba y se trabajaba sin descanso por ella día y noche. Nunca escuché del Dr. Carro una frase negativa, una pizca de cansancio o una frase pesimista, él era de los que creía firmemente en su idea sabiendo que era una batalla muy desigual donde pensar en victorias era una quimera; pero para hacer realidad ese sueño no se podía descansar y nunca lo hizo. El Doctor José Carro fué Presidente de la Sociedad Pediátrica Cubana en el Exilio y durante el triste caso del balserito Elian Gonzalez refutó enérgicamente ciertas opiniones de doctores comprometidos con la causa diabólica castrista que clamaban la devolución del niño a la dictadura aludiendo "maltratos psicológicos" en casa de su familia en Miami, doctores que nunca habían tenido contacto con el niño ni revisado su historia clínica como si lo había hecho el grupo del Dr. Carro. No recuerdo cuantas veces el Dr. Carro fué mi médico y el de mi familia, no recuerdo hoy la cantidad de ocasiones que él intervino para conseguir medicinas para niños necesitados en Cuba; pero lo que si recuerdo es que nuestro amigo José Carro, por muy atareado que estuviese, hacía un alto y te atendía como si fueses la persona más importante del mundo; así era mi amigo José Carro, un caballero en toda la longitud de la palabra, uno de esos patriotas incansables ante el cual no podías permitirte el desaliento a pesar de lo dificil del camino, un ejemplo a seguir, un titán de la gentileza, un ejemplo demasiado poderoso que necesitan muchos en esta tierra. Mi amigo el Dr. José Carro no consiguió ver físicamente la libertad de Cuba; pero seguro estoy que desde el mundo invisible guiará a los buenos cubanos a construir la Patria que él soñó.
Para mi amigo José dedico el verbo mágico de Marti dedicado a Emerson:
-" La muerte es una victoria, y cuando se ha vivido bién, el féretro es un carro de triunfo... La muerte del justo es una fiesta, en que la tierra toda se sienta a ver como se abre el cielo... En él fué enteramente digno el ser humano. "-
Hasta Luego Hermano.