1 week ago
March 26, 2009
-CUANDO UN AMIGO SE VA-
Se ha marchado para siempre un gran amigo y compañero solidario en nuestras vicisitudes naturales del exilio, dice adios un patriota excepcional, un gran cubano dedicado a tres cosas fundamentales y principales para él: Su familia; su carrera y su Patria. Ha entrado al cielo por la puerta grande el Doctor José Carro, eminente inmunólogo y alergista pediatrico que llegara a estas tierras extrañas y difíciles en la Operación Pedro Pan. Al Doctor Carro lo conocí allá en los albores del año 1996 en su casa de Westchester aquí en Miami, casa que junto a su esposa Layda Carro y sus hijos era un santuario donde se adoraba la libertad de Cuba y se trabajaba sin descanso por ella día y noche. Nunca escuché del Dr. Carro una frase negativa, una pizca de cansancio o una frase pesimista, él era de los que creía firmemente en su idea sabiendo que era una batalla muy desigual donde pensar en victorias era una quimera; pero para hacer realidad ese sueño no se podía descansar y nunca lo hizo. El Doctor José Carro fué Presidente de la Sociedad Pediátrica Cubana en el Exilio y durante el triste caso del balserito Elian Gonzalez refutó enérgicamente ciertas opiniones de doctores comprometidos con la causa diabólica castrista que clamaban la devolución del niño a la dictadura aludiendo "maltratos psicológicos" en casa de su familia en Miami, doctores que nunca habían tenido contacto con el niño ni revisado su historia clínica como si lo había hecho el grupo del Dr. Carro. No recuerdo cuantas veces el Dr. Carro fué mi médico y el de mi familia, no recuerdo hoy la cantidad de ocasiones que él intervino para conseguir medicinas para niños necesitados en Cuba; pero lo que si recuerdo es que nuestro amigo José Carro, por muy atareado que estuviese, hacía un alto y te atendía como si fueses la persona más importante del mundo; así era mi amigo José Carro, un caballero en toda la longitud de la palabra, uno de esos patriotas incansables ante el cual no podías permitirte el desaliento a pesar de lo dificil del camino, un ejemplo a seguir, un titán de la gentileza, un ejemplo demasiado poderoso que necesitan muchos en esta tierra. Mi amigo el Dr. José Carro no consiguió ver físicamente la libertad de Cuba; pero seguro estoy que desde el mundo invisible guiará a los buenos cubanos a construir la Patria que él soñó.
Para mi amigo José dedico el verbo mágico de Marti dedicado a Emerson:
-" La muerte es una victoria, y cuando se ha vivido bién, el féretro es un carro de triunfo... La muerte del justo es una fiesta, en que la tierra toda se sienta a ver como se abre el cielo... En él fué enteramente digno el ser humano. "-
Hasta Luego Hermano.
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